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Como cuidar tus Plantas

 Las plantas son seres vivos,  ellas  pertenecen al reino vegetal, y nos aportan diferentes cosas como,  medicinas, madera, fibras, entre otras.

Para poder crecer necesitan de algo muy simple, como lo son el agua y la luz del sol.

 

 

Cuidados del Anturio.

El Anturio es una plana original de clima cálido y húmedo; que se desarrolla muy bien en espacios donde haya luz solar indirecta. Aquí se utiliza como planta de interior. El anturio exige entornos muy luminosos y, por tanto, lo colocaremos cerca de una ventana, donde el sol se filtre a través de una cortina, evitando las quemaduras del sol en las hojas. No admite cambios bruscos de temperatura, necesita que ésta sea homogénea. Aguanta desde los 15 hasta los 28 ºC aproximadamente. No tolera el exceso de agua ya que en condiciones de encharcamiento tiende a amarillear y perder las hojas progresivamente. Regaremos durante el periodo de crecimiento (primavera y verano) cuando la tierra empiece a secarse, 1 vez cada semana y durante el periodo de reposo regaremos menos, es decir cada 2 semanas. Hay que pulverizarla muy a menudo con agua tibia, o podrían amarillearse las hojas. Debe ser agua blanda, con poca cal.

 

 

CUIDADOS ARECA

Ubicación Interior y exterior

Temperatura ideal: 18-25º C Temperatura mínima: 7-11º C Abono:

Descripción de la Areca: a  la Areca también se la conoce con el nombre palmera amarilla, ya que los pecíolos de sus hojas poseen una característica coloración en tonos amarillos verdosos, de la misma mata salen varios tallos tipo cañas, coronados por hojas de gran tamaño finamente divididas en múltiples folíolos también de una coloración amarillo verdosa muy atractiva. Es originaria de Madagascar, donde alcanza gran tamaño, pero ha demostrado una magnífica adaptación al crecimiento en interiores.

Iluminación: Requiere exposiciones luminosas sin sol directo. De no poseer suficiente luz, la planta tiende a debilitarse.

Riego: Una planta de 2 metros de altura transpirará por sus hojas en 24 horas una media de 1 litro de agua, por lo que podemos deducir que es exigente en cuanto al agua de riego. Siempre ha de mantenerse el cepellón húmedo, aunque sin excesos. Este alto índice de transpiración, unido a la capacidad de eliminar las toxinas del aire, hace que sea considerada una de las mejores plantas de interior. Es habitual que las puntas de las hojas adquieran tonos marrones, pero esto no implica un decaimiento de la areca, simplemente es señal de que no tiene la suficiente humedad ambiental. Para evitar las puntas marrones, hay que pulverizar las hojas con regularidad. Para mantener la areca con la suficiente humedad en tierra es recomendable cultivarla en una hidrojardinera. Estas jardineras poseen un depósito de agua que mantendremos siempre lleno, de forma que la areca pueda disponer de todo el agua necesaria para llevar a cabo su elevada transpiración y, así, eliminar las toxinas químicas del aire, acciones propias y saludables. Además de elegante, la areca nos ayuda a mantener sano el aire de nuestros hogares.

 

Cuidados del spatifilium 

El spatifilium, también conocido como Lirio de la Paz es una planta que, además de destacar por su elegancia, floración y resistencia, también ayuda a purificar el ambiente de los hogares. Por ello, podríamos considerarla como una planta de interior obligatoria en todos los hogares. Exige bastante luz para poder crecer y florecer, aunque puede sobrevivir en zonas poco iluminadas. El sol directo amarillea y quema sus hojas. Requiere ser pulverizada con frecuencia para aportarle la humedad ambiental que demanda. La tierra ha de mantenerse siempre húmeda durante el crecimiento y, en invierno, se deben reducir los riegos, dejando que se seque la capa superficial del sustrato. Esta es una de las pocas plantas de interior que florece durante todo el año. Cuando la flor comienza a marchitarse, hay que podarla dos o tres centímetros por encima de la unión con la hoja. Pasado un mes, el tallo que dejamos se habrá secado y entonces podremos tirar de él y extraerlo sin ningún problema de resistencia. De esta manera, induciremos una ininterrumpida floración. Se recomienda trasplantar la planta año tras año a macetas más grandes, a medida vaya creciendo a principios de la primavera.

 

 

Cuidados de la Sansevieria

 Es una planta muy longeva y resistente que, incluso sin cuidados, sobrevive perfectamente. A esta planta le encanta el pleno sol, pero no es especialmente exigente en cuanto a luz, pudiendo vivir en zonas poco luminosas, pero siempre se desarrollará mejor cerca de una fuente de luz natural luminosa. Si hay poca luz creará pocos tallos nuevos y éstos serán largos y poco consistentes, tendiendo a arquearse. Requiere muy pocos riegos, y de hecho el mayor enemigo de esta planta es el exceso de agua que provoca la podredumbre de la base de las hojas y, consecuentemente, su caída. Esta planta es ideal para decorar buscando efectos de verticalidad. Resulta muy vistoso crear grupos de tres plantas, cada una de ellas en una maceta independiente y preferiblemente alto. La agrupación de las tres plantas sobre un fondo neutro y limpio hace que éstas actúen como punto focal de indudable protagonismo.

 

Cuidados de la Phalaenopsis.

Lo primero que debemos saber de la orquídea Phalaenopsis, es que es una planta epifita.Una planta epifita, vive sobre otra planta, o sea no viven con sus raíces en el suelo.Viven sobre las ramas altas de los árboles, buscando estar más cerca de la luz en las zonas sombrías de las selvas tropicales. Su alimento lo obtienen de la humedad ambiental, el agua de lluvia y del humus depositado sobre las ramas. La estructura de la planta, se ha adaptado a este medio y forma de vida. La fotosíntesis la realiza tanto a través de sus fuertes y verdes raíces, como a través de las hojas. Es una planta  relativamente sencilla de cuidar. Si le proporcionamos las condiciones adecuadas, florecerá año tras año. Un consejo es situarla muy cerca de una ventana, tamizando la luz con una cortina. Su riego en verano 1 vez por semana sumergiendo la maceta en un recipiente con agua y dejar escurrir, en invierno cada 15 días.